martes, 12 de agosto de 2014

La Prisión de Piedra (IV): El viaje continúa



Una nueva entrega de nuestra campaña de verano de Warhammer Fantasy. En este caso hemos disputado la segunda partida, y se puede decir que ha habido de todo, partidas rápidas y muy lentas; gloriosas victoriosas y dolorosas derrotas. Vamos a ver qué han hecho nuestros héroes.









Hace poco, quedamos para disputar nuestra segunda partida de nuestra campaña veraniega. Podéis ver los hechos acontecidos hasta ahora en nuestra sección Librarium de Titán. Tras salir de sus hogares y emprender la aventura en el Viejo Mundo, las expedicones continúan, pero en el camino los peligros no cesan, poniendo una vez más la valentía de nuestros héroes a prueba. Batallas duras que forjarán el destino de nuestros héroes para la gran batalla que les aguarda en el cada vez más cercano horizonte.



Julio -> Altos Elfos -> Izsha de Eataine

Tras dejas atrás las costas del Viejo Mundo, y al acercarse a un pequeño hospedaje para descansar, una banda de rufianes se había hecho fuerte en el lugar, y con la ayuda de un cañon, estaban dispuestos a plantar cara a Izsha y su Guardia del Mar; no había tiempo para el descanso. Los Altos Elfos avanzaban cautelosamente buscando protección tras los muros y las rocas del campo de batalla, mientras la milicia esperaba cerca de la mansión y su cañon de batalla disparaba una y otra vez contra un destacamento de los Altos Elfos. Mientras las flechas volaban hacia la Milicia, éstos se pasaron al ataque cargando contra la unidad de Izsha. El combate no duró mucho, puesto que los Altos Elfos habían aprendido de su enfrentamiento contra los Corsarios, y la milicia resultó abatida en segundos, con su líder muerto con la hendidura en el pecho del hacha de Izsha, no sin antes resultar herida. Ante semejante visión, la dotación del cañon huyó, decantando el combate para los Altos Elfos.







Alejandro -> Imperio -> Karl Alexander von Liebwitz

Tras vivir un día más en las tierras del Imperio, Karl Alexander continuaba su viaje hacia La Prisión de Piedra, y aunque su última derrota había sido deshonrosa, sus hombres continuaban confiando en él sin dudarlo. Mientras avanzaba en una zona donde el poder del Caos se hacía patente, un pequeño destacamento de exploradores del Caos apareció, por lo que Karl Alexander decidió plantar cara. Tras mover cautelosamente, realizó una carga devastadora contra los Jinetes bárbaros, y tras un gran combate donde sólo quedó con vida el campeón del Caos, le dieron muerte tras perseguirle, pero no habían finalizado la batalla, pues unos mastines del Caos se acercaban por su retaguardia. Aunque les dió tiempo a reorganizarse, los mastines cargaron, pero no fueron rival para los hombres del Capitán del Imperio, que les dieron muerte a través de una última persecución por el campo de batalla. Una victoria que reconfortaría el espiritu a los hombres, pero sabían que no habían estado solos en la batalla, algo estaba observando...








Vicio -> Elfos Oscuros -> Malin-naar

Dejado atrás las tierras de Arabia, Malin-naar se encuentra por fín en las tierras del Imperio. Al aproximarse a un pueblo de los hombres, se encuentran con un pequeño destacamento de Caballeros Andantes en busca del Grial que tanto ansía Bretonia. Manteniendo una posición estratégica, Malin-naar aguarda al otro lado del río que limita el pueblo, mientras los Jinetes Oscuros ejecutan maniobras para disparar a los Andantes y cargarles si fuera necesario buscando el factor sorpresa. Al cruzar el río, los Elfos Oscuros demostraron sus años de entrenamiento marcial, primero Malin-naar, degollando a un caballero en un movimiento rápido de sus espadas, mientras que los lanceros se ocuparon de la mitad de la unidad restante. Ante semejante determinación, los andantes se batieron en retirada, pues la Dama del Lago no estaba con ellos ese día, y decidieron vivir para contarlo. Finalmente, Malin-naar llegó al pueblo y ofreció sacrificios a Khaine con los habitantes de la zona, dando gracias por los éxitos en la batalla.







Stratos -> Bretonia -> Ulrich Thatcher

Una vez cruzado el bosque, Ulrich y sus hombres llegaron a un cementerio, pero su aspecto no era el habitual, pues el aire estaba enrarecido y se apreciaba un hedor de muerte y putrefacción en él. Esqueletos y necrófagos se alzaban en el cementerio en busca de muerte para todo aquel que se acercara a sus dominios. Los arqueros de Ulrich dispararon contra los necrófagos diezmándolos en gran medida, pero los esqueletos avanzaban sin obstáculos. Una vez que salieron del cementerio, Ulrich y sus dos destacamentos de hombres de armas cargaron ferozmente por el frontal y flanco de los esqueletos, aprovechando que el cementerio les cerraba el paso. Los vivos se cansaban cada vez más en una lucha sin cuartel, hasta tal punto que Ulrich fue herido de gravedad, y los hombres de armas recogieron a su señor y se batieron en retirada. Mientras, los esqueletos cargaban contra los arqueros, haciendo que huyeran, esperando luchar otro día por su señor, si sobrevivía a los próximos días...






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